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ursulapulido

Reflexión personal sobre el taller que desarrollamos en HHSS.

Cuando hicimos la puesta en común sobre los talleres, una de las propuestas que lanzó Alejandro fue:  “Si tuvierais que vender vuestro programa, ¿cómo lo haríais?”.  Pues, bien, esa pregunta me sirve de partida para reflexión personalmente (con mis compañeras ya lo he hecho) sobre nuestro programa, ¿o taller?
 
 1.  Denominación de la actividad: 
“HABILIDADES SOCIALES PARA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS”.
 
1.  Modalidad:  
    Taller presencial.
 
2.  Nivel al que se dirige:   
    Asignatura de Libre Elección de 5º de Psicopedagogía.
 
3.  Duración en horas lectivas:     
    2 horas presenciales.
 
4.  Número de participantes:  
    Máximo 25.
 
5.  Fecha de celebración y horario previsto: 
    29 de abril, de 19:00h. a 21:00h.
 
6.  Objetivos: 
è    Profundizar en el conocimiento de las habilidades sociales más complejas, necesarias para resolver conflictos.
è    Conocer toda la teoría relativa a los conflictos.
è    Ejercitarse en el entrenamiento y adquisición de Habilidades Sociales complejas.
 
7.  Desarrollo de los contenidos:  
è    “Teoría del conflicto, definición, cuándo surgen, tipos de conflicto, actitudes, fases, comprensión del conflicto…”
è    Habilidades sociales para la resolución.
è    Estrategias para manejar el conflicto.
 
8.  Metodología:
La metodología  será eminentemente activa, con una base teórica, que fundamenta y sostiene la práctica. Se complementa con el ejercicio de las habilidades que se van adquiriendo a través de una práctica guiada. 
§         Desarrollo teórico.
§         Entrenamiento en Habilidades Sociales a través de un role-play natural.
§         Análisis de la situación social creada.
 
9.  Criterios y procedimientos de evaluación:
è    Asistencia, motivación y participación activa.
è    Implicación en el entrenamiento de habilidades.



Una vez llegados a este punto, voy a trata de analizar lo que pasó en clase, respondiendo, en ocasiones directa y, en la mayoría, indirectamente, a las cuestiones planteadas.   

 

AQUÍ PAZ Y DESPUÉS GLORIA   

Nosotras intentamos provocar un conflicto de manera natural, interesante contradicción.  

El conflicto consistía, en esencia, en que el grupo-clase debía “hacernos el favor” de exponer por nosotras para evitar “nuestro suspenso”.  Cómo todos sabéis de qué hablo, no lo voy a estropear más.  

Ese era el conflicto.  ¿O no?  Personalmente creo que no.  El conflicto que pretendíamos generar y que posteriormente analizamos y analizaré fue uno totalmente diferente al que en realidad emergió y que, como suele suceder con la mayoría de los conflictos, pasó desapercibido.  

Desde mi punto de vista el conflicto era:  COOPERACIÓN-COMPETICIÓN o competición en lugar de cooperación, aspecto este de capital importancia en la aparición de conflictos.  Me explico.  

En la cooperación, ambas partes, nosotras y el grupo-clase, desean alcanzar el mismo objetivo de una forma no excluyente, y es necesario que todas las partes o integrantes lo consigan (o todos nadan o todos se hunden).  

En la competición, ambas partes desean alcanzar el mismo objetivo de una forma excluyente, y su consecución por parte de uno implica la no consecución por parte del otro (si uno nada, el otro se ahoga).

¿Se ve ahora más claro?  Todos sospechaban que era una situación fictia, y creen y argumentan que actuaron sabiendo que era fictia.  Yo tengo mis dudas, creo que en el fondo todos se comportaron como si fuera real.  Intentaban poner en práctica la cooperación, buscar una solución en la que la consecución por parte de uno no implicara la no consecución del objetivo por parte del otro, pero en el fondo lo que latía era la competición:  el hecho de que nosotras “nadáramos” quizá no implicara de que ellos se ahogaran, pero sí que necesitaran “del boca a boca”.  No sé si me explico.  

A la vez que esto se generaba de manera inconsciente, conscientemente también se generaban conflictos intrapersonales, interpersonales, intragrupo e intergrupo.  Estos sí que probablemente fueron actuados, no se notaban muy naturales.  Aquí hablamos de un conflicto manifiesto, mientras que el que yo intuyo que se estaba gestando lo podemos denominar como latente, es decir, se expresa a través de medios simbólicos.  

Pero centrándonos en el conflicto que todos vimos he de felicitar al grupo-clase porque consiguió que fuera “un conflicto productivo”, es decir, se evitó el estancamiento, se buscaron soluciones, se generaron cambios grupales y personales, nos permitió ponernos a prueba y medirse a uno mismo, el conflicto externo favoreció la cohesión interna de los distintos grupos…  

Otro punto sobre el que podemos reflexionar es sobre la importancia de la toma de decisiones en los conflictos.  La resolución de situaciones conflictivas supone la toma de decisiones.  

La primera condición fundamental para resolver un conflicto es que se desee resol­ver.  En nuestro caso esta condición fue conseguida casi de inmediato.  

A primera vista puede parecer una verdad obvia, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que, a veces, una de las partes, o ambas incluso, más que conseguir la cooperación están compitiendo.   

 Pero antes de pasar a analizar cómo, creo yo que su fue resolviendo el conflicto, he de mencionar que esta  resolución estaba contaminada por la relación previa entre las partes, es decir, las posibilidades de resolución de un conflicto están relacionadas con la relación previa de cooperación que hayan sostenido las partes.  Si éstas tienen la necesidad de posterior cooperación (que nosotras se lo “pusiéramos fácil” en sus exposiciones) tenderán, como fue el caso, a intentar cooperar (la participación del grupo-clase fue excelente).   

Ahora sí, nuestro conflicto se fue solucionando así:  

En primer lugar, fue necesario hacer manifiesto el conflicto o problemas latentes.  

La parte contraria, el grupo-clase, alegaba que no pasaba nada, porque, por su parte, no se encuentraban con fuerzas para enfrentarse abiertamente (exponer) y prefirieron “una guerra de guerri­llas”.  

Nuestra primera tarea consistió en hacerles ver que algo va mal, que ambas partes están descontentas y resultan perjudicadas, que es necesario hablar las cosas y buscar una solución.  

Este apartado, por tanto, incluyó el reconocimiento o aceptación, por ambas partes, de que existe un conflicto.  

En alguna ocasión, la parte contraria se negaba a aceptar el problema alegando que era una broma, que era parte del programa y que en realidad no teníamos ese problema.  

La fase siguiente fue la de, en función de los datos que se poseían, definir el conflicto para poder estudiar más detenidamente sus características, tener más datos e información y poder, así, solucionarlo mejor.  

El estudio profundo de los datos implicó descubrir que el problema no es el que pensábamos (que llovía) sino otro (que necesitábamos ser sustituidas porque no habías podido preparar la exposición por la lluvia), fue necesario redefinir el problema.  

Una vez que el conflicto o problema se había manifestado y había sido aceptado como tal por ambas partes, se trató de analizarlo.  Lo mismo estaba ocurriendo con el conflicto intrapersonal que cada uno experimentaba, en cuyo caso se trata de ser capaz de decir “estoy hecho un lío”, voy analizar los pros y los contras.  Así lo hicimos.  

Este análisis incluyó: 

  • Analizar la situación o contexto en que se produce el conflicto (en la clase de HHSS, ese fue el punto débil del programa).
  • Analizar las posibles causas del conflicto, por ejemplo, llueve, no quiero exponer sin tener todos los cabos atados…
  • Analizar los objetivos que deseo alcanzar y los que quiere alcanzar la otra parte.

En esta etapa fue conveniente:

  • Reunir toda la información posible sobre todo lo relativo al conflicto, sus partes, etc.
  • Tomarse el tiempo necesario para aplacar los ánimos y evaluar objetivamente la situación.
  • Valorar los objetivos de la propia parte y de la contraria.
  • Determinar la estrategia a seguir.
  • Tratar de ser objetivos.
  • Mantener una actitud flexible y abierta.
 Ya fuera del conflicto, en el análisis del mismo y de la situación tratamos de averiguar:
  1. ¿Qué debería suceder y qué está sucediendo en realidad?
  2. ¿Cómo era la situación satisfactoria anterior el problema?
  3. ¿Por qué se da la situación insatisfactoria?
  4. ¿Cuál es la diferencia entre la situación deseada y la real?
  5. ¿Cómo nos hubiéramos sentido satisfechos?

Volviendo a las fases en las que se desarrollo el conflicto, intentamos dar soluciones: 

  • Clarificando los puntos con los que no se estaba dispuesto a ceder bien por impo­sibilidad, bien por interés del grupo, valores, etc., para evitar perderse en batallas inútiles.
  • Aclarando las informaciones que se han utilizado por una y otra parte.
  • Realizando los cambios necesarios: estructura, métodos, técnicas, procesos, etc.
  • Satisfacer las necesidades demandadas por la otra parte sin gran perjuicio de las propias.

Pero ahí llegó José, que ejerció de “líder encubierto”, y propuso votar.  Como estamos en una sociedad democrática…  se acabó el conflicto. 

1 comentario

Zoraida -

Anda, vete a Alpedrete!!! Que no he copiado tu autoevaluación!!! He hecho las preguntas a mi manera!!! Un besazo!!!